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Videojuegos por Navidad. ¿Cómo saber si un videojuego es adecuado?

Jorge Flores

Fundador y Director de PantallasAmigas. Trabajando por la educación, la ciudadanía y el bienestar digital desde 2004

Puede que nuestro hijo nos pida un determinado videojuego para estas Navidades o como regalo de Reyes. En ese caso, es más que probable que nos asalte una duda ¿es adecuado? Para resolver esta importante cuestión es conveniente seguir estos cuatro consejos:

1. Busca información sobre el videojuego

El universo de los videojuegos presenta una gran variedad de posibilidades (tipos de juego, plataformas, modelos de negocio o consumo…) con un gran dinamismo. Por esta razón conocer lo suficiente de un videojuego antes de tomar una decisión al respecto de su conveniencia no siempre es una tarea sencilla. Para ello hay dos vías fundamentales. Por un lado, está la consulta de un sistema de etiquetado, como por ejemplo las calificaciones PEGI y ESRB y, por otro, el resto de fuentes, como pueden ser publicaciones o páginas web especializadas.

 

El código PEGI

 

Este código o sistema de etiquetado, referencia en Europa, nos puede ayudar a tener una primera aproximación sobre el nivel de adecuación del videojuego a nuestro hijo y a los criterios que al respecto tenemos. Se compone de dos partes fundamentales. En primer lugar, presenta un calificador de edad mínima recomendada que se refiere a su idoneidad y no al nivel de dificultad del videojuego. En segundo lugar, a este parámetro se le suman los descriptores de contenido, que hacen referencia a la presencia de determinado tipo de temáticas (sexo, drogas, discriminación, lenguaje malsonante, juegos de azar, terror y drogas) o si existe la posibilidad de hacer compras dentro del juego indicando, además, si estas pueden tener un carácter aleatorio.

 

Sin embargo, el código PEGI presenta algunas limitaciones como sistema de etiquetado:

 

  • Fue creado y es gestionado por las compañías del sector y, como tal, no cuenta con supervisión institucional ni independiente.
  • No es obligatorio por lo que no todos los videojuegos lo tienen.
  • No siempre está actualizado de forma que una nueva versión o extensión de un videojuego puede no corresponderse con lo que expresa su código PEGI.
  • Deja fuera de su análisis relevantes funcionalidades susceptibles de supervisión parental, funciones que podemos calificar de sensibles, que analizaremos a continuación.
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Otras fuentes

 

Existen otros sistemas de calificación de videojuegos como el ESRB que, si bien es el estándar considerado en otras latitudes, analiza los mismos títulos e incluso con un mayor detalle en sus características. También es posible acudir a sitios web especializados o a YouTube donde podremos encontrar análisis de videojuegos desde diferentes puntos de vista. Sí es importante asegurarse de que la fuente es confiable (cualificada e independiente) y de que la información no es obsoleta y corresponde al título y versión que estamos tratando de conocer.  El observatorio de videojuegos es un site de referencia que combina ambas características, proporcionando tanto el código PEGI como el ESRB, así como un análisis de los puntos sensibles de medio centenar de videojuegos.

2.  Valida la existencia de funciones sensibles 

 

Conocer la edad mínima de adecuación y si puede haber contenidos delicados o se pueden hacer compras dentro del juego es un paso importante, pero sigue dejando fuera ciertos aspectos clave a la hora de evaluar las condiciones de seguridad en las que se encontrará nuestro hijo o hija cuando disfrute el videojuego. Estas funciones o posibilidades susceptibles de supervisión parental serían principalmente tres:

 

  • Establecimiento de comunicación (mensajería, chat, voz o vídeo) con otras personas.
  • Juego compartido online en abierto con otras personas.
  • Participación en comunidades o redes de contactos.

 

Es evidente que la mayoría de los videojuegos tienen un enriquecedor componente social pero también es cierto que la posibilidad de comunicación con otras personas entraña ciertos retos, especialmente cuando no son conocidas o de confianza.

 

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3. Contrasta tus preferencias y necesidades

 

En esta fase el objetivo es evaluar la compatibilidad de nuestros criterios a la hora de prescribir o permitir un videojuego para nuestro hijo. En este momento es preciso ir más allá de las garantías de seguridad. Se trata de tomar decisiones más relacionadas tanto con el estilo de crianza y mediación parental como con las características personales de nuestro hijo. Entre los factores a valorar estarían:

 

  • Tipo de videojuego: de acción, estrategia, simulación, disparos, de rol, educativos…
  • Formato de las partidas: promedio de duración, número de participantes…
  • Posibilidad de disfrute en familia

4. Identifica las posibilidades de control parental

Las posibilidades de control parental existentes para un videojuego pueden resultar un factor determinante porque, además de contribuir a que el uso del videojuego se produzca de una manera más ajustada a nuestro criterio, podrían neutralizar algunas de las funciones sensibles identificadas.

 

Sin embargo, hay que decir que el control parental en los videojuegos puede resultar algo complejo debido principalmente a que puede establecerse de forma independiente y complementaria hasta en tres lugares o capas diferentes:

 

  • Dispositivo con el que se juega: tablet, móvil, PC o videoconsola.
  • Tienda o plataforma de distribución de videojuegos, cuando el videojuego se usa vinculado a una plataforma de distribución digital (Epic Games, Steam, EA app…).
  • Título o videojuego.

 

Es importante, por lo tanto, conocer qué posibilidades existen en cada una de estas capas. Quizás en una de ellas nos permitan, por ejemplo, establecer ventanas horarias restringidas para jugar y, en otra, evitar que nuestro hijo juegue o chatee con personas desconocidas.

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En resumen, elegir un videojuego recomendable como regalo o validar si el videojuego solicitado por nuestro hijo lo es, requiere un trabajo de prospección y reflexión que no siempre es fácil. Sin embargo, los cuatro pasos anteriores nos ofrecen unas claves ordenadas para completar con éxito esta tarea tan importante.

 

Los videojuegos son una parte destacada de la dieta digital de nuestros hijos por lo que merece mucho la pena el esfuerzo por tratar de asegurar una alimentación adecuada, variada y equilibrada.