Yo solo soy el reflejo de una contradicción: no acabo de confiar en las nuevas tecnologías y, sin embargo, empujé a mi hijo varón a estudiar Ingeniería Informática, esperando en que sea su brillante futuro profesional. Solo he ganado el título de analfabeto tecnológico y, sin embargo, me pagan el jornal en un periódico de Internet.
Desde ese periódico, llamado 65ymas.com, queremos ser testigos, narradores y analistas de cuatro cambios históricos: el cambio climático; el cambio de liderazgo geoestratégico mundial; el envejecimiento de la población y la transformación digital. Dado el carácter global de cada uno de esos sucesos, podemos decir que la Humanidad nunca estuvo sometida a un estrés tan universal. No sabemos si se podrá detener la destrucción del planeta, ignoramos cuán traumático será el cambio de liderazgo mundial, desconocemos el impacto social, económico y de costumbres del envejecimiento y solo sabemos que se quedará atrás todo aquel que no se sume a la transformación digital.
Una nueva forma de envejecer
Hemos asistido, seguimos asistiendo y somos protagonistas de un cambio con el que no nos atrevíamos ni a soñar hace solamente una década. Somos, efectivamente, una sociedad más envejecida por el aumento de la esperanza de vida y la caída de la natalidad después del baby boom de los años 60 y 70 del siglo pasado.
Pero es un envejecimiento ilusionante, que ha dejado atrás, por anticuadas, las tópicas imágenes del mayor identificado como un anciano o una anciana casi siempre desvalido. El mayor de hoy es una persona activa, inquieta y con recursos que viaja, hace deporte, tiene preocupación cultural, siente la modernidad, hace valer sus derechos, sabe utilizar las nuevas tecnologías y casi siempre consigue romper las brechas que lo separan de las nuevas generaciones.
Que nadie se quede atrás
Un informe, elaborado conjuntamente por 65ymás y Comscore, en colaboración con la agencia &Comunicas, señala que los mayores usan internet para informarse y comunicarse; pero se topan con un muro a la hora de realizar gestiones, operaciones y trámites con las Administraciones públicas y las empresas. 3 de cada 4 mayores están conectados, pero hay un porcentaje importante (el 24%) que sigue sin conexión y con otra brecha ostentosa entre la población urbana y la rural. Si se suman medio rural y población sénior, el panorama resulta desolador porque no se debe dejar a nadie atrás.
Frente a estos problemas, hay otras realidades mucho más positivas: es el segmento de edad que realizó una más rápida y meritoria adaptación al mundo digital. Es un sector que tiene conciencia de sus limitaciones y eso es el primer paso para resolverlas.
Derribando barreras
Mi generación nacida en la aldea, hace casi un siglo, puede decir que vivió lo suficiente para pasar de la oscuridad de la Edad Media a la brillantez del siglo XXI; es decir, de la pobreza al mundo sin fronteras de Internet. Para acompañarles en la grandeza de ese tránsito, 65YMÁS se ha unido a Fundación Telefónica para lanzar ‘Reconectados’, una iniciativa gratuita de formación, presencial y online, personalizada para personas mayores y su entorno directo, que busca mejorar el nivel de competencias digitales para la vida cotidiana y la autonomía de este colectivo y para recordarles que no se pongan límites y que pueden seguir aprendiendo, porque la tecnología no tiene edad.