¿Te has encontrado alguna vez aceptando algo que no deseabas hacer? ¿Cuántas veces has dicho “sí” cuando te hubiera gustado decir “no”?
Si es así, somos muchas personas a los que parece que la palabra “no” la borraron de nuestro diccionario. Sin embargo, aprender a decir “no” es una habilidad esencial para mantener un equilibrio en la vida.
Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto decir “no”? Por temor a decepcionar a los demás, ofender, parecer egoístas o simplemente por querer ayudar. Sin embargo: cuando dices “sí” a una petición, dices “no” a otra; además de afectar en tu tiempo y energía.
El impacto del “no” en tu tiempo y energía
En la era del “sí a todo”, es fácil caer en la trampa de aceptar responsabilidades que sobrecargan nuestro tiempo y energía. Esto afecta de manera negativa a nuestra capacidad para conciliar la vida personal y profesional.
Aprender a decir “no” de manera efectiva se convierte en una herramienta clave para:
- Proteger tu tiempo: decir “no” te permite enfocarte en las actividades que de verdad importan para tu bienestar y tu familia. Te ayuda a evitar la sobrecarga de trabajo y a tener más tiempo libre para disfrutar de tus hobbies y de tus seres queridos.
- Priorizar tus necesidades: al decir “no”, aprendes a poner límites y a priorizar tus necesidades. Esto te ayuda a evitar el estrés y el agotamiento, y te permite tener una vida más equilibrada y feliz.
- Dar ejemplo: decir “no” a peticiones que no son prioritarias también es una forma de enseñar a tus compañeros, amigos y familia a establecer límites y a gestionar su tiempo de forma responsable.
Con el método P.A.C.T.A. podrás decir “no” de manera efectiva y sin sentirte culpable.
P.A.C.T.A., un método tan sencillo como potente para decir “no” sintiéndote bien
Es el acrónimo de:
- P de Propósito: ante cualquier situación el primer paso es descubrir a qué le dirás “sí” cuando digas “no”. Ese “sí”, es tu objetivo a alcanzar.
Imagina a ese compañero que te pregunta por décima vez esta semana si tienes 5 minutos para un tema poco relevante. Cuando le dices “no”, es porque estás diciendo “sí” a algo más importante: mantener tu concentración en la tarea actual, salir a tiempo para ir a buscar a tus hijos, disfrutar de tu hobby, o respetar la conciliación entre tu vida personal y profesional.
Es más fácil decir “no” cuando hay un “sí” más profundo esperando.
- A de Alternativa: ahora busca una alternativa, porque no buscas enfrentarte a la otra persona sino tender puentes que te permitan mantener el control. La alternativa ayuda a que tu objetivo y el de la otra persona se puedan encontrar. Y echa un poco de “picante” a la alternativa. Pon un pequeño obstáculo para comprobar si de verdad es tan importante lo que te piden.
Imagina el caso anterior, puedes ofrecer como alternativa veros 30 minutos antes de comenzar la jornada. Si la otra persona está dispuesta a levantarse y venir 30 minutos antes a la oficina, es que de verdad le importa. Y lo bueno es que mantienes el control. Eres tú quien decide la hora y además cumples con tu objetivo.
¿Sabes algo sorprendente? La mayoría de las veces que incluyas el pequeño obstáculo en la alternativa, la respuesta será: “No te preocupes, ya me encargo”.
- C de Comprensión: aquí allanas el camino para que la otra persona se prepare a recibir tu “no” y lo respete. Para ello lo primero es hacer un ejercicio de empatía. Escucha con atención, y sin interrumpir, para hacer saber que le respetas y además demuestras una posición sólida y asertiva. Y el segundo paso es realizar preguntas esclarecedoras, para comprender, para reconocer el punto de vista del otro y hacerle saber que entiendes y valoras su opinión.
En el caso del compañero, después de haberle dejado terminar de hablar pregúntale, por ejemplo: “¿Cuántas veces este mes hemos visto este mismo tema?”, “¿Por qué soy yo la persona más adecuada para responderte y no otra persona del equipo?”. Preguntas que te ayudan a identificar todos los argumentos clave para construir tu “no”.
Fíjate cómo empiezas a consolidar tu posición y todavía no has dicho “no”.
- T de Táctica: y por fin llega el momento de decir tu “no” de manera simple y directa. Para ello exprésalo con estos 3 pasos con la técnica del sándwich (una rebanada de “sí”, un relleno de “no” y otra rebanada de “sí”):
1) Expresa tu “sí”. Comienza expresando tu “sí” mediante una frase neutra, en primera persona del singular o en primera persona del plural. Se trata de afirmar tu propósito haciéndote responsable de tus intereses, necesidades y valores personales. “Voy a recoger a mis hijos que salen en 30 minutos del colegio…”.
2) Afirma tu “no”. Aquí llegamos al corazón del método. El acto de dar un “no” es muy sencillo. Se trata de que establezcas un límite claro y firme. «…y no puedo quedarme esta tarde».
3) Cierra con tu Alternativa. El método P.A.C.T.A. mantiene un componente esencial, llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes liderado por ti. Al cerrar una puerta con el “no” abres otra con la alternativa. «Como sé la importancia que tiene para ti, ¿nos vemos mañana a las 08:30 para solucionarlo?». ¿Ves que sencillo? Una frase directa y concisa: «Voy a recoger a mis hijos que salen en 30 minutos del colegio y no puedo quedarme esta tarde. Como sé la importancia que tiene para ti, ¿nos vemos mañana a las 08:30 para solucionarlo?».
- A de Afirmación: ahora es el momento de mantener tu “no”. Por muchas veces que la otra persona te diga que “será la última vez” o utilice argumentos racionales o emocionales, mantén tu posición. De esta manera ganas autoconfianza y demuestras una posición sólida ante los demás.
¡Ahora es tu momento!
Como cualquier habilidad, aprender a decir “no” requiere práctica. Así que practica. Eso sí, primero prueba a hacerlo delante del espejo para que veas cómo te sientes. Después con personas de confianza. Y, por último, cuando te sientas con seguridad, con esa persona que tú y yo sabemos.
En resumen, aprender a decir “no” es una habilidad esencial para nuestra vida. Así que la próxima vez que te encuentres luchando por decir “no”, recuerda la palabra “PACTA” y ponla en práctica.
Te sorprenderá lo liberador que es decirte “sí” y priorizarte a ti.