Qustodio es una app de control parental que puedes usar en todos tus dispositivos para limitar el tiempo de uso y el contenido al que acceden tus hijos. Así evitarás que pasen demasiadas horas frente a las pantallas o que vean vídeos o páginas web con contenido adulto. Además, permite localizar el teléfono de tus hijos en caso de pérdida o si no sabes dónde están.
Pero instalar una app de control de parental no basta. Conviene acompañarla con lo que los expertos llaman mediación parental. O dicho de otra manera, que el control parental no nos evitará tener que hacer de padres y madres de vez en cuando.
La mediación parental y el control parental
Los padres y las madres actuales tienen muchos más retos a los que hacer frente que los del pasado. Nunca habíamos tenido tantos elementos tecnológicos al alcance de nuestros hijos, algunos de ellos que se escapan de nuestro conocimiento simplemente porque no somos el público objetivo.
Sin embargo, lejos de ver la tecnología como una amenaza, el hecho es que va a seguir ahí en adelante, queramos o no. Así que conviene que demos a nuestros hijos los conocimientos y las herramientas necesarios para que puedan desenvolverse en el mundo que les espera.
Una app de control parental nos alivia parte del trabajo. Bloquea contenido no adecuado para ciertas edades, limita el tiempo que pasan los menores frente al ordenador o el smartphone, nos ayuda a localizarles y permite conocer mejor sus hábitos en la Web o en YouTube. Pero junto al control parental es necesario otro elemento, la mediación parental.
El control parental en sí mismo ya es mediación parental. En concreto, la que llamamos mediación restrictiva: establecer reglas y límites. ¿Cuántas horas de juego? ¿Cuánto tiempo puedes pasar navegando por la web o viendo vídeos en Twitch o YouTube? ¿Qué aplicaciones puedes instalar o no en tu smartphone?
El Instituto Nacional de Ciberseguridad del Gobierno de España nos da algunas pistas a este respecto: “Para que los menores aprendan progresivamente a navegar con seguridad, sin la compañía de un adulto, es necesario establecer unas normas que irán adaptándose a su edad y madurez”. Y aquí, una buena app de control parental como Qustodio nos será de gran utilidad.
El papel de la mediación activa
Pero junto a la mediación restrictiva, en la que una app de control parental resulta de gran ayuda, es imprescindible incluir también lo que se conoce como mediación activa. O como explica el INCIBE: “Supone una implicación de los adultos, antes, durante y después de que los menores utilicen las tecnologías digitales. Dar ejemplo al utilizar las nuevas tecnologías, hablarles sobre los riesgos reales de Internet e interesarnos sobre su comportamiento online son actitudes educativas que requieren ser parte activa de su desarrollo”.
Nadie dijo que fuera fácil. Supervisar, acompañar y orientar al menor cuando interacciona con su smartphone, tablet u ordenador no siempre es una tarea agradable, en especial cuando nuestros conocimientos de Internet no son los adecuados. Pero nadie nació enseñado, ni siquiera nuestros hijos, y una app de control parental puede allanarnos el camino.
Los expertos coinciden en que la comunicación entre padres e hijos es imprescindible. Claro está que esa comunicación es más fácil en los primeros años y se va complicando a medida que llega la adolescencia. Con todo, la mediación parental nos ayudará a que nuestros hijos sepan cómo deben comportarse en Internet y como usar correctamente las tecnologías que tienen en sus manos.
Control y comunicación
¿Las claves para hacer posible esa comunicación entre padres e hijos? Más allá de usar una app de control parental como Qustodio, conviene tener en mente ciertos aspectos:
- Disponibilidad: Que sepan que estamos ahí para lo que necesiten. Que no tengan miedo a preguntarnos por riesgo a ser culpabilizados de algo.
- Fomentar las habilidades sociales y el pensamiento crítico: El pensamiento crítico es básico para que los menores lidien con cualquier problema o situación de su día a día tomando la decisión adecuada. Además, conviene apoyarles para que sus habilidades sociales les permitan relacionarse correctamente, dentro y fuera de Internet.
- Supervisar y dialogar. El ordeno y mando es atractivo, pero pocas veces resulta productivo. Conviene hablar con el menor, convencerle de que las limitaciones que imponemos tienen una razón de ser. También conviene preguntarle por sus hábitos, sus gustos y preferencias. Conocer qué páginas visitan o qué contenido consumen nos ayudará a conocerles mejor y a resolver los problemas que puedan encontrar.
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