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Prevenir y actuar ante un corte de digestión

Corte de digestión es un término popular y muy escuchado en verano, que relacionamos con bañarnos las dos horas posteriores a las comidas. Aunque algunas malas lenguas atribuyen el fenómeno al deseo de siesta tranquila de los progenitores, lo cierto es que el nombre científico es hidrocución y se produce por un choque termo-diferencial. Y puede tener consecuencias muy graves.

¿Por qué se produce el corte de digestión?

En primer lugar, hay que entender qué es la digestión. Después de comer, nuestro aparato digestivo empieza a trabajar para procesar la comida y que el tracto digestivo pueda absorberla y también eliminar el desecho. Para realizar ese proceso es necesario que los órganos que trabajan en ese momento reciban un aporte importante de sangre y de oxígeno, por lo que esta sangre se redistribuye desde otras localizaciones concentrándose en los órganos que lo necesitan.

El problema que la gente relaciona con el corte de digestión es la interrupción de este proceso en el que el cuerpo está trabajando para procesar el alimento. Por tanto, si durante la digestión el cuerpo entra en contacto con agua fría, la sangre, de forma involuntaria, se redistribuirá a otras localizaciones del cuerpo para contrarrestar la pérdida de calor, lo que dejará al aparato digestivo sin el aporte necesario de sangre para realizar su función. Aparecerán entonces síntomas como mareos y vómitos, que es lo que describen como corte de digestión.

Otros síntomas de corte de digestión son sudoración, palidez, calambres, vómitos, visión borrosa, pitidos en los oídos y, en algunos casos, pérdida de conciencia, por lo que si la persona se encuentra en el agua puede ocasionar que se ahogue.

corte de digestion
Foto de Stefano Zocca

¿Cómo actuar ante un corte de digestión?

Si se sospecha que una persona está sufriendo un corte de digestión habrá que sacarla del agua, secarle y taparle con toallas secas. Se trata de conseguir que la temperatura corporal vuelva a su estado previo. También es conveniente tumbarla, en posición horizontal con las piernas elevadas. Avisaremos al equipo médico más cercano o llamaremos al 112 para que decida cómo proceder en cada caso.

Hay que sacar a la persona del agua, secarle y taparle con toallas secas para facilitar que la temperatura corporal vuelva a su estado previo

¿Cómo prevenir un corte de digestión?

Varias son las cosas que podemos hacer para prevenir un corte de digestión. Es importante evitar las comidas copiosas, el consumo de alcohol y estar expuestos a temperaturas extremas tanto fuera como dentro del agua. Esta recomendación aplica a cualquier época del año pero especialmente en verano.

Como bien se sabe, verbalizado por padres y madres, para evitar un corte de digestión lo mejor es esperar antes de meterse en el agua un tiempo prudencial después de haber comido. Con un par de horas es suficiente. Cuando vayamos al agua habría que hacerlo progresivamente, no de forma brusca.

Asimismo, y sobre todo con niño y adolescentes se recomienda que no estén solos para que alguno pueda alertar si es necesario pedir auxilio en caso de corte de digestión. Igualmente, es importante recordar la importancia de mantener una buena hidratación con agua durante los meses de verano.

corte de digestión
Foto de Oliver Sjöström

Corte de digestión, no solo en el agua

Pero no sólo la interrupción de la digestión o hidrocución se debe a la inmersión en el agua. Hay otras causas. Por ejemplo, el ejercicio intenso también produce la misma reacción. Esto se debe a que los músculos precisan un importante flujo sanguíneo para que llegue el oxígeno necesario al músculo y éste pueda trabajar. Si no llega, se produce un corte de digestión.

Este fenómeno de redistribución de la sangre por el cuerpo también puede desencadenar otro tipo de eventos como los infartos agudos de miocardio, ya que el tracto digestivo al requerir una gran cantidad de sangre (junto con el factor de la exposición solar), también haría que la sangre fuese a otras localizaciones del cuerpo. Esto podría generar un bajo flujo de sangre en un corazón que, en caso de que la persona sufra una patología cardiaca desconocida, podría desencadenar un infarto.

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