La primavera es siempre bienvenida, pero este año, la vamos a recibir con los brazos bien abiertos. Y es que echando la vista atrás, no sólo pesan los meses de invierno, sino también los periodos de confinamiento y la sensación de incertidumbre y malestar que nos ha dejado la pandemia. Aprovechemos la luz y la alegría que trae la primavera para renovar nuestra energía. Es momento de añadir entusiasmo y hacer nuevos planes para disfrutar de una de las mejores estaciones del año, eso sí, sin los síntomas de la astenia primaveral. Te explicamos cómo.
Síntomas de la astenia primaveral
Con el cambio de estación, y el consecuente aumento de temperatura, más horas de luz solar y modificación horaria… puede producirse una cierta sensación de decaimiento físico e intelectual, que se ha denominado astenia primaveral. No nos afecta a todos por igual y se relaciona con una mayor predisposición de la persona a verse afectada por estas variaciones climáticas. Vendría a ser como la alergia: mientras que unos anhelan la primavera, otros temen los picores y estornudos que trae consigo…
Remedios preventivos para la astenia en primavera
Llevar un estilo de vida sano, con una dieta equilibrada, hacer actividades al aire libre, moverse, dedicarse tiempo… nos ayudará a encarar la estación con energía y evitar los síntomas de la astenia primaveral. No hay medicamentos ni remedios mágicos para la astenia. Pero sí toma nota de estos prácticos consejos:
- Buen momento para un mejor control del estrés. Si al cansancio que suele aparecer en el transcurso del invierno a la primavera le sumamos el año que llevamos de pandemia, es lógico que la astenia primaveral haga más mella este año. La primavera es un buen momento para tomar conciencia de ello y poner en práctica técnicas de respiración, de relajación mental, como la meditación, el yoga, y el ejercicio físico, que van a ayudar a librarnos del estrés. La temperatura cálida y la luz brillante de esta época de año invitan a pasar más tiempo al aire libre y en la naturaleza, el medio ideal para aplicarlas.
- Actividades al aire libre y vitamina D. Los días largos y el buen clima nos animan a realizar actividades en el exterior. Ya sea el ejercicio físico programado (correr, bicicleta, nadar, …), como aquellas actividades que no se consideran deportivas en sí (caminar o pasear a los perros, ir caminando al trabajo), las vamos a poder realizar a la intemperie, y de esta manera favorecer la producción de vitamina D. La síntesis de esta vitamina por la acción de los rayos ultravioleta sobre la piel es la que más contribuye a mantener niveles adecuados en sangre, siendo más altos durante los meses de mayor presencia de sol, y más bajos durante los meses de invierno. De hecho, la producción de vitamina D es el único motivo por el que se puede aconsejar una cierta exposición al sol (bastan 10-15 minutos de exposición de rostro y manos).
- Hidratarse es lo primero. Las necesidades de agua son muy variables y dependen de diferentes factores individuales, pero, en cualquier caso, cuando hace calor, las necesidades aumentan y hay que beber más. Antes de salir de casa, aparte de ropa cómoda, no hemos de olvidar llevar una botella de agua. Y en el caso de realizar ejercicio físico durante más de una hora, tomar bebidas isotónicas para evitar la sensación fatiga.
- Alimentarse de forma inteligente. Es importante seguir una dieta equilibrada, pero también consumir alimentos frescos, y comer lo más natural posible, sin abusar de procesados. Pero también reservar un espacio de tiempo para comer de manera tranquila, saboreando y masticando bien los alimentos, siendo conscientes del acto de comer y disfrutando de cada momento.
- Aprovechar las frutas y verduras de primavera. Aunque en la actualidad es posible disponer de la mayoría de las frutas en cualquier época del año, es importante aprovechar las de temporada, por estar en su mejor momento de sabor y valor nutricional. La primavera nos trae una amplia gama de frutas refrescantes, ricas en agua, y con elevado contenido en nutrientes y vitaminas antioxidantes como carotenoides y otros fitoquímicos con múltiples beneficios para nuestra salud. Entre otras muchas, vamos a encontrar verduras como las espinacas, el brócoli, los espárragos, y frutas como las fresas, los nísperos, las ciruelas o los albaricoques en su punto óptimo de consumo.
- Desarrollar un diálogo interno positivo. Identificar la forma como nos hablamos a nosotros mismos es esencial para poder potenciar el diálogo interno en el caso de predominar la positividad, o poder cambiarlo en caso de identificar mayor negatividad. Iniciar el día con buen pie y pensando en positivo, agradeciendo lo que tenemos, creará un ambiente favorable para todo lo que se lleve a cabo a lo largo del día.
Tras un año difícil, podemos encarar la primavera con optimismo y vitalidad, plantando cara a la astenia primaveral, y disfrutando de una estación en la que la luz, el buen tiempo, los alimentos de temporada y la posibilidad de cuidarse están a nuestro alcance.
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