¿Tu tampoco sabes desconectar en vacaciones? No te preocupes, cada vez hay más personas que tienen dificultades importantes para apartarse del trabajo durante las vacaciones o el tiempo libre. Según un reciente estudio realizado para constatar los efectos de la pandemia, más de la mitad de los trabajadores españoles confiesa que no desconecta del todo. Casi el 80% afirma estar conectado al trabajo permanentemente.
Estas cifras se han incrementado debido a tres factores fundamentales:
- El teletrabajo: hace más difícil diferenciar el espacio y el tiempo laboral del que es personal.
- La incursión de los medios digitales: recibir notificaciones laborales en móvil y tabletas durante el tiempo libre hace que lo personal y lo profesional tenga una frontera cada vez más difusa.
- La incertidumbre por la crisis social y sanitaria.
Todo esto, está comportando problemas cada vez más evidentes de estrés crónico a nivel poblacional. Algunos de los efectos que puede generar son: insomnio, ansiedad, depresión, dolores de cabeza, dolores músculo esqueléticos, agotamiento extremo, diarrea o estreñimiento, falta de libido, falta de concentración, problemas de memoria, etc. También aumenta el riesgo de enfermedades debido a la bajada de defensas, y se dispara el riesgo de enfermedades coronarias o de sufrir un infarto de miocardio.
¿Cuánto tiempo es suficiente para desconectar en vacaciones?
Es necesario entender las vacaciones y el tiempo libre como algo terapéutico, siempre que la desconexión sea total. Reducir el estrés no sólo aumenta proporcionalmente el nivel de bienestar, sino también la productividad laboral. Se estima que el periodo vacacional óptimo es de 12 a 15 días seguidos, ya que es suficiente para desconectar en profundidad y a la vez no sufrir los efectos adversos de la reincorporación laboral.
Claves para desconectar en vacaciones
Algunas recomendaciones para desconectar son:
- Adéntrate en tus vacaciones de forma progresiva, si es posible, lo que significa que vayas dejando funciones paulatinamente para que el cambio no sea tan brusco. Deja bien cerradas tus responsabilidades para que no te atormenten después.
- Desconecta de lo digital, si no puede ser de forma drástica y total, al menos de una manera parcial con franjas sin interrupciones que te permitan descansar, disfrutar, estar en familia, con amigos… sin mirar ningún dispositivo.
- Baja revoluciones, dedica más tiempo a dormir, descansar y a no hacer nada. A veces cuesta pues vamos todo el año a mil revoluciones, pero bajar el ritmo es necesario y puede hacerse también de forma progresiva.
- Céntrate en el tiempo presente: separa tu tiempo laboral del personal, y concéntrate en lo que estás haciendo y en las personas con las que lo estás compartiendo.
- Cambia de espacio, viaja, aunque sea cerca. Si no es posible, conoce más a fondo tu entorno, pasea, descubre nuevos lugares… Se trata de salir de la rutina y los lugares habituales, para tener una mayor sensación de desconexión.
- Cuida las relaciones personales: dedica tiempo a familiares y amigos. Son momentos valiosos que luego no vuelven y que nos arrepentiremos de no haber disfrutado plenamente.
- Date caprichos, mímate. Las vacaciones también son para esto y nos lo merecemos.
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Foto de portada Josh Rakower
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