Los más viejos del lugar recordarán aquellos tiempos en los que el mejor televisor era el que tenía más pulgadas. Cuanto más grande, mejor. Pero hoy en día, elegir un televisor no es tan simple. Puede que tenga muchas pulgadas, pero si quieres disfrutar de Movistar Plus+ o Netflix con la mejor calidad de imagen, deberás tener en mente que el televisor sea compatible con altas resoluciones como Full HD o 4K. Es más, ya hay modelos que soportan TV en 8K.
La buena noticia es que puedes estar tranquilo si acabas de adquirir un televisor 4K. O incluso si es Full HD. Los televisores 8K ya existen. Es más, salieron al mercado en 2018, hace relativamente poco. Aunque la TV en 8K tardará en implementarse. Con todo, no está de más saber cuál será el futuro de la televisión y de los contenidos por streaming.
Para hacernos una idea. Según Statista, en 2019, la venta de televisores en todo el mundo se repartió entre los televisores HD y Full HD (46,3%) y los televisores 4K (53,5%). Es decir, ya se venden más televisores 4K que de la resolución inferior. Y en cuanto al 8K, en 2019 tan sólo supuso un 0’2% de ventas. Los early adopters de turno. En España, a falta de cifras oficiales, los televisores HD o Full HD siguen siendo los más vendidos.
Diferencias entre HD, Full HD, 4K y 8K
La resolución de los televisores se ha convertido en uno de los elementos clave a la hora de adquirir un modelo u otro. Poder ver una película o serie con una calidad cristalina es toda una experiencia que habrás podido disfrutar en tu propio hogar o si has paseado por la sección de televisores de cualquier tienda o centro comercial.
Venimos de una resolución o definición estándar que equivale a unas 500 líneas horizontales. Con el sistema europeo, la resolución alcanzaba las 576 líneas (720×576), sistema PAL. Mientras que con el sistema norteamericano, la proporción era de 720×480, es decir, una resolución de 480. Estas tecnologías analógicas dieron el salto a la televisión digital con definición estándar, que mantiene una resolución similar.
En canales de televisión y contenido antiguo de Netflix, Movistar Plus+ o Disney+ todavía podemos encontrar series, películas o documentales con esta resolución. A lo que hay que añadir la diferencia de aspecto de 16:9 para pantallas rectangulares y el aspecto 4:3 de los antiguos televisores de pantalla cuadrada.
Pero a pesar de que todavía persistan contenidos SD, lo habitual es encontrarnos con televisión línea y contenido bajo demanda en alta resolución, ya sea HD o Full HD. Es decir, 720p o 1080p. Y poco a poco, se van incorporando contenidos en resoluciones superiores, el conocido 4K, que equivale a una resolución de 2160p. El doble que la tecnología anterior. Lo encontrarás en algunos canales de Movistar Plus+ y en parte de su catálogo bajo demanda. También hay contenido 4K en Netflix, Disney+ o YouTube.
Incluso los formatos físicos se han puesto al día. Mientras que la resolución de un Blu-Ray es de 1080p, en el mercado puedes encontrar películas y series en Blu-Ray 4K. Los reconocerás porque mientras que las carátulas clásicas son azules, las de Blu-Ray 4K suelen ser negras. Con todo, hay que fijarse en la ficha técnica para saber qué contenido del disco está disponible en esa resolución.
Y en el mundo de los videojuegos, la resolución 4K se ha hecho esperar. No ha sido hasta la enésima generación que se ha introducido la posibilidad de jugar a juegos con calidad de imagen en 4K. Para ello, es necesario disponer de una PlayStation 5 (o su versión anterior, PS4 Pro) o una Xbox One X, Xbox One S o Xbox Series X|S.
Finalmente, desde hace un par de años se habla de TV en 8K. Si 4K equivale a 2160p, 8K tiene una resolución de 4320p o píxeles. Para hacernos una idea. En los cines actuales, la resolución de las pantallas es de 4096×2160. Un TV 4K tiene una resolución de aproximadamente 3840×2160.
Requisitos para disfrutar de 8K
Como ocurre con el salto del Full HD al 4K, hay ciertos requisitos que debemos cumplir para disfrutar de contenido audiovisual en resolución 8K. A nivel de hardware, disponer de un televisor compatible, un dispositivo que ofrezca ese contenido y conectar ambos mediante un cable HDMI 2.1. A nivel de software, un proveedor que ofrezca contenido 8K. Por el momento, algo difícil de encontrar. Básicamente, algunos vídeos de plataformas como YouTube o Vimeo.
Como dije al principio de este artículo, prepararse para el 8K no es algo que debamos hacer ya. Con saber que existe ya hemos cumplido. Y es que, si echamos un vistazo al mercado, ya solo los televisores 8K ofrecen unos precios prohibitivos. Algo que se irá solucionando a medida que esta resolución se imponga.
En la actualidad podemos encontrar televisores 8K a precios que van de los 2.000 € a los 30.000 € con unos tamaños que van de los 55 a las 85 pulgadas. Por su parte, los televisores 4K ya se pueden encontrar a unos precios que parten de la franja de los 400 € y que van subiendo en función del tipo de pantalla y de su tamaño.
Y si hablamos de streaming en 8K, la pregunta clave es, ¿qué conexión necesitaremos para disfrutar de contenido por Internet a esta resolución? En primer lugar, para ver contenido HD necesitamos 5 Mbps. El contenido 4K o UHD requiere 25 Mbps. Por su parte, el streaming en 8K debería funcionar en conexiones de fibra óptica de al menos 50 Mbps. Algo para lo que estamos preparados si tenemos en cuenta que el mínimo que podemos contratar hoy en día es 100 Mbps.