¿Sabías que la estación de comunicaciones de Telefónica en Buitrago de Lozoya (Madrid) tuvo un papel esencial en la llegada del hombre a la Luna en 1969? Y es que sirvio de conexión entre la estación de Robledo de Chavela y la de Greenfeld en Estados Unidos? En esta nueva entrega de Historias De Telefónica te vamos a contar la historia de la estación de satélites de Buitrago.
Un poco de historia sobre la estación de Buitrago
La estación de comunicaciones por satélite está situada en la madrileña localidad de Buitrago de Lozoya. Y fue puesta en servicio a finales de 1967 en virtud de un contrato firmado con la NASA en el mismo año. Era una de las cinco estaciones de comunicaciones por satélite existentes en Europa.
Telefónica proporcionó soporte a la transmisión de datos y vídeo que se recibían en las estaciones de seguimiento del INTA en Robledo de Chavela y Fresnedilla hasta Estados Unidos. Usando satélites INTELSAT desde las misiones espaciales.
Tuvo un coste de 5 millones de dólares y su uso era doble. Por un lado, como estación de comunicaciones por satélite y por otro, un lugar de encuentro para congresos y reuniones.
La primera antena que se construyó denominada Buitrago I, servía para cursar tráfico telefónico, telegráfico y de televisión con el continente americano.
La antena Buitrago II inaugurada 3 años después (1970), se situó en el otro extremo de la parcela de la estación y enlazaba con los países asiáticos. A diferencia de Buitrago I, no existía un edificio adosado. Parte del equipo de comunicaciones, se alojó en una sala situada en la parte superior de la propia estructura de la antena. A esta se accedía desde el suelo con un ascensor.
Buitrago II permitió establecer un enlace directo con Australia. Allí se encontraban las estaciones de la NASA análogas a las españolas de Fresnedillas y Robledo. Desde ese momento, el sistema INTELSAT se convirtió en global y sobre todo, un poco más fiable.
La fecha prevista para que entrara en funcionamiento fue el mes de abril de 1970, coincidiendo con la famosa misión del Apolo 13.
La inauguración de esta segunda antena fue la que trajo consigo la visita del General Franco y unos días más tarde, la del entonces Príncipe de España, Don Juan Carlos.
En el año 1971, se tomó́ la decisión de trasladar una de las antenas pequeñas de la estación de Maspalomas a la de Buitrago. Con un coste aproximado de 10 millones de pesetas, traslado que no se efectuó́ hasta 1974.
Durante muchos años, el Centro de Comunicaciones de Buitrago sirvió para cursar las comunicaciones telefónicas con países de otros continentes. Además, llevó la señal de las cadenas de Televisión Española a las Islas Canarias, y también se retransmitieron al mundo, acontecimientos como el Mundial de futbol del 82, las Olimpiadas del 92 y la Expo de Sevilla 92.
A lo largo de todos estos años, la estación de Buitrago se fue ampliando con más antenas. Hasta que a finales del año 2003, debido al cambio tecnológico (cable submarino de fibra óptica), se decidió cerrarla. Sin embargo, la parte residencial sigue funcionando hasta el día de hoy.
De la continuidad de los servicios cursados por el Centro de Comunicaciones por Satélite (CCS) de Buitrago se encargó el Centro de Satélites de Armuña (Guadalajara). Allí fueron trasladados los equipos, las antenas de menor diámetro y parte de los técnicos de Buitrago.
En definitiva, podemos decir que este centro ha estado más de 30 años contribuyendo al progreso de España y a la historia mundial de las comunicaciones.
Telefónica y la NASA
«Sin las vitales comunicaciones mantenidas entre el Apolo 11 y la estación Apolo, en Madrid, podemos afirmar que nuestro aterrizaje en la Luna no hubiera sido posible» Neil Armstrong
La NASA, para sus proyectos espaciales en competencia con los de la Unión Soviética, buscó países con buena situación geográfica y calidad de servicio para la ubicación de sus centros de rastreo del espacio y de comunicaciones (proyecto Apolo).
Para ello, eligió tres puntos básicos de comunicaciones: Australia (Canberra), España (Robledo de Chavela) y Estados Unidos. La NASA necesitaba servicios de voz, pero sobre todo de datos y mensajes.
Desde el año 1961, Telefónica fue socia de la NASA. En 1967 dicha sociedad se concretó en la construcción de la estación de satélites de Buitrago que estuvo presente en todos los vuelos tripulados del Programa Apolo a la Luna. Telefónica participó en esta misión desde las estaciones de Fresnedillas, Robledo de Chavela, Buitrago de Lozoya (ambas en Madrid) y Maspalomas en Canarias.
La NASA, con una sola estación de seguimiento, no podía mantener la comunicación con las naves del programa Apolo durante las 24 horas del día. Ya que nuestro planeta rota y la nave también. Tenía por tanto que existir, al menos, un mínimo de tres estaciones repartidas por el planeta tierra. De forma estratégica, que aseguraran la comunicación entre el centro de control y la nave en cada momento. De ahí que se eligieran los tres enclaves mencionados (EE.UU, España y Australia).
Aunque la antena principal que daba servicio al Programa Apolo era Buitrago I, por ser la que conectaba directamente con Estados Unidos, Buitrago II estaba operativa por si ocurría algún problema con el enlace principal. Además, permitía establecer una conexión directa con Australia.
Como es de sobra conocido, la primera misión Apolo que llevó al hombre a la luna, fue el Apolo 11 en 1969. Posteriormente, hubo otras cinco misiones más hasta la última del Apolo en 1972.
Durante estas seis misiones espaciales, doce hombres caminaron sobre la Luna. (Seis fueron de éxito, pero hubo más en total, algunas de ellas sin éxito). Lo que poca gente sabe, es que las retransmisiones en vivo se realizaron desde la nave Apolo al centro de telecomunicaciones de Buitrago, en Madrid. Esta recibía la señal y la enviaba a Houston para que desde allí fuese repartida a los medios de comunicación de todo el mundo.
El apoyo televisivo desde la estación española de Buitrago fue de aproximadamente 55 minutos durante cada órbita. La prensa americana y rusa publicaba puntualmente el horario de estas retransmisiones en abierto, que recibieron una audiencia millonaria en todo el planeta.
Otro momento histórico de Telefonica y la carrera espacial, se produjo durante la misión Apolo 13, el 13 de abril de 1970. Apenas unas horas antes del accidente que dio origen a una de las frases más famosas de la Historia, el recordado «Houston tenemos un problema». La antena que mantenía en ese momento las comunicaciones con la misión en Buitrago comenzó a dar problemas. Llegó a perder la capacidad de seguimiento automático y teniendo que revertirlo a un seguimiento manual.
Las comunicaciones fueron redirigidas rápidamente a través de otras instalaciones, en lo que no fue más que un fastidio rutinario. Poco imaginaban entonces, los operadores del sistema en Houston, a lo que tendrían que enfrentarse en breve.
Después, llegaron otras misiones en las que el centro de comunicaciones pudo ir desprendiéndose de la bisoñez del novato. El resto del programa Apolo, Skylab, la misión conjunta soviético-norteamericana Apolo-Soyuz de 1975 y algunas misiones de la lanzadera espacial.
Como reconocimiento a la colaboración de Telefónica, Frank F. Borman, comandante de la misión Apolo VIII, la primera que orbitó la Luna en en diciembre de 1968, visitó la central de Buitrago en febrero de 1969. Unos meses después, la tripulación del Apolo XI, la histórica misión que logró que un ser humano llegara a la Luna, recorrió la Gran Vía madrileña siendo el edificio de Telefónica testigo de dicho evento.
Julio Cano Lasso
Pero la excepcionalidad de Buitrago no se limita solo a su destacada participación en el programa espacial de la NASA. Sino por su aportación al mundo de la arquitectura. Y es que el edificio de la Estación de Satélites de Buitrago de Lozoya es obra de Julio Cano Lasso.
Julio Cano Lasso fue un maestro de la arquitectura española contemporánea, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y Medalla de oro de la Arquitectura española. Además de un actor clave en la corriente de renovación arquitectónica de la segunda mitad del siglo XX en nuestro país.
Cano Lasso fue colaborador habitual de Telefónica. Compañía para la que proyectó la central de comunicaciones por satélite de Buitrago de Lozoya (1966-1967) y las centrales telefónicas del barrio de la Concepción (1969-1972), Bellas Vistas (1966) y Torrejón de Ardoz (1969-1972). Así como proyectos para el traslado de la sede de la empresa a un campus en el Monte de El Pardo, que nunca se llegó a materializar.
En 1967, Cano Lasso, junto con Juan Antonio Ridruejo, construyeron la Estación terrena de comunicaciones por satélites de Telefónica, en Buitrago de Lozoya. Se trataba del proyecto más importante de la Compañía hasta el momento. En un punto en el que se incorporaba la última tecnología en comunicación y se avanzaba hacia un nuevo momento de prosperidad.
La finca cuenta con 30 hectáreas, la superficie construida fue de 9.600 metros cuadrados, de los cuales están en uso unos 6.000. La construcción es de ladrillo visto y se caracterizaba por utilizar la luz y los elementos autóctonos de la zona como la madera.
Dos cuestiones fueron prioritarias para los arquitectos: el material constructivo y la relación del edificio con su entorno, es decir, su integración en el paisaje. El ladrillo, utilizado de manera masiva, daba unidad a la diversidad de formas y volúmenes que configuran la Estación y cumplía la intención expresada por los arquitectos. Es decir, extremar la tensión entre una arquitectura intemporal, arraigada en la tierra, con su función espacial, casi de “ciencia ficción”. Las enormes antenas parabólicas y una sala de operaciones que recordaba a la de la NASA en Houston, ayudaron a completar la asociación de Telefonica al imaginario espacial.
Buitrago y la historia de la televisión en España
Aparte de su relación con la NASA y el programa espacial, una tarea de la estación de Buitrago fue la conexión de las dos cadenas de TVE con las Canarias. Primero en sistemas analógicos, luego en conexión digital, hasta que pasaron a fibra óptica submarina.
Televisión Española instaló un moderno radioenlace de microondas, en la banda 7.000 MHz. Este unía el Control Central de Prado del Rey con la Estación de Buitrago. Sirvió para los programas de televisión de todo tipo, color o blanco y negro, que la Estación de Buitrago encaminaba vía satélite diariamente a las Islas Canarias (estación de Agüimes) y a los países sudamericanos asociados al Servicio Iberoamericano de Noticias (SIN). Así como los esporádicos que se cursaban con las demás naciones del mundo.
Por aquel entonces, en cuanto a tráfico de televisión se refiere, Telefónica era el principal usuario de los satélites de la Red Global de Intelsat.
Otro uso no menor, fueron las conexiones de televisión bajo demanda, para acontecimientos puntuales como el Mundial 82, Barcelona 92 Expo de Sevilla 92… Estas antenas hicieron posible, que millones de personas en el mundo vibraron con el Mundial de futbol del 82 y con las Olimpiadas de Barcelona 92.
Buitrago hoy
Tras una remodelación de las instalaciones, Buitrago hoy se ha transformado en el «Espacio Buitrago». Un lugar utilizado internamente por Telefónica para reuniones, eventos, reuniones de equipos de trabajo, etc.
El espacio dispone de diversas zonas de reuniones, restaurante, gimnasio y habitaciones que pueden albergar hasta 42 personas. En el cual, también se reciben visitas externas de personas y estudiantes interesados en la historia arquitectónica del edificio.
Espacio Buitrago busca por tanto ser el lugar donde compartir ideas, conocer otros puntos de vista. En definitiva, ser un lugar para el intercambio de conocimientos.