En nuestro #HistoríasDeTelefónica de este mes, te contamos cómo fue el proyecto de Distrito Telefónica, la Sede de la compañía en Las Tablas de Madrid, conocida como Distrito T.
¿Sabías que uno de los proyectos descartados para esta sede consistía en un rascacielos de 350m de altura que hubiera superado en 100 metros a las Cuatro Torres de Castellana? A continuación de contamos como se llegó al proyecto actual de nuestra sede en Madrid.
¿Qué es Distrito Telefónica?
Distrito Telefónica es la sede española de Telefónica, S.A. Se encuentra en el barrio madrileño de Las Tablas, accesible desde la A-1 y la ronda de circunvalación M-40.
El proyecto, para centralizar todas las oficinas y empleados de la empresa, comenzó a gestarse a finales de los 90. El objetivo era reunir en un solo lugar todos los recursos de la compañía, para garantizar ahorros en la estructura de su gestión.
El proyecto de Distrito Telefónica fue diseñado por el arquitecto Rafael de La-Hoz Castanys, quien se inspiró en la idea de un «pueblo global».
El contexto histórico a finales de los 90
A finales de los noventa, Telefónica contaba con unos 16 millones de clientes de red fija (RTB) y 9 millones en el negocio de telefonía móvil bajo las marcas comerciales Moviline y Movistar.
La empresa contaba,por aquel entonces, con cerca de 60.000 empleados repartidos por decenas de edificios a lo largo de España. Y su sede central, situada en el histórico edificio de Gran Vía 28, donde trabajaban casi 2.000 empleados.
Bajo la presidencia de Juan Villalonga, el grupo vivía un proceso de expansión geográfica y del negocio, con operaciones como la adquisición de la telefónica de São Paulo o la compra de la productora audiovisual Endemol.
En una situación, de recalentamiento de la economía del sector de telecomunicaciones, se tomó la decisión de trasladar la sede histórica de Gran Vía, a un nuevo emplazamiento en el norte de Madrid.
El anuario de la empresa correspondiente al año 1999, ya indicaba que el desarrollo de la Ciudad de las Comunicaciones, se encontraba en fase de redacción de proyecto de arquitectura.
Dentro de este contexto, se fraguó la idea de construir una sede que representara la metamorfosis Telefónica. La operación dio comienzo a finales de 1998, con la compra del solar al Ayuntamiento de Madrid. Su nombre original era “Ciudad de las Comunicaciones” y posteriormente, se llamó durante muchos años Distrito C.
Con dicho objetivo, Telefónica convocó un concurso de ideas restringido.
Los proyectos presentados, lo que podría haber sido
En 1998, Telefónica lanzó el concurso internacional de arquitectura para la construcción de la nueva sede en Las Tablas, Madrid. Este, contó con la participación de 104 estudios de arquitectura de todo el mundo. Y tenía como objetivo, seleccionar un proyecto que reflejara la visión de Telefónica para el futuro de las telecomunicaciones.
En abril de 1999 se cursó invitación a diez estudios españoles. De los cuales presentaron proyectos arquitectos como: Antonio Lamela, Ricardo Bofill, Alberto Campo Baeza, Rafael de la-Hoz Castanys, Francisco J. Sáenz de Oíza, Javier Carvajal, Juan Navarro Baldeweg, Jerónimo Junquera y Miguel Oriol.
Santiago Calatrava no llegó a entregar propuesta y Rafael Moneo declinó participar por problemas de agenda.
Los proyectos presentados al concurso fueron muy variados, tanto en su forma como en su contenido. Algunos se centraron en la innovación tecnológica, proponiendo edificios inteligentes y sostenibles. Otros, en la creación de un entorno urbano activo y vibrante.
En el jurado, además de representantes de Telefónica y de las Administraciones Públicas, estuvieron Sverre Fehn y Peter Zumthor.
Los tres primeros premios fueron conseguidos por los proyectos de Antonio y Carlos Lamela, Alberto Campo Baeza y Rafael de la Hoz Castanys.
Entre los no seleccionados, se encontraban proyectos que, curiosamente, su propuesta venía en forma de rascacielos de alturas enormes:
Javier Carvajal
La propuesta de Javier Carvajal consistía en una Torre de planta pareada para aumentar, en su diseño, la inercia del conjunto, y unidas sus dos piezas, por las plantas puente que tendrían que albergar las instalaciones comunes necesarias, y los programas funcionales que lo exigieran. Situado en la base de la Torre, se proyectaban tres auditorios de volúmenes cilíndricos.
Alberto Campo Baeza
El proyecto de Alberto Campo Baeza también era un rascacielos de dimensiones grandiosas. Con 350 metros de altura, habría superado en 100 a las Cuatro Torres de la Castellana, contribuyendo a reforzar el nuevo skyline de la capital por su proximidad a ese complejo que es de gestación posterior.
La torre constaba de seis cuerpos, de doce plantas cada uno, encajados en el gran paralelepípedo estructural exterior. Un séptimo cuerpo destinado a la dirección coronaba el conjunto, y sobre él se alzaba una gran antena.
Ricardo Bofill
El proyecto de Ricardo Bofill consistía, como en los dos anteriores, en una torre de más de 300 metros y 57 plantas, conformando una T invertida, marca de la compañía.
Bofill ideó una torre de cristal y una estructura horizontal (o calle tecnológica), donde ubicar dos edificios complementarios con forma de cubo y ratón, dispuestos sobre un jardín.
La torre, con espacios flexibles y adaptables a los futuros cambios organizativos, estaba diseñada para acoger la oficina en sí, con despachos individuales, para equipos, salas de reunión, áreas de formación… Y el ratón y el cubo albergaban un restaurante y una cafetería, una sala de prensa, un auditorio, salas múltiples, un hotel residencia, una clínica asistencial, una sala UVI, una piscina, un gimnasio o espacio para exposiciones temporales.
Jerónimo Junquera
Por su parte, el estudio del arquitecto Jerónimo Junquera que previamente había colaborado con Telefonica proyectando dos centrales, en Cuenca y Mérida (Badajoz), presentó un proyecto consistente en una superficie de 200.000m2 construida.
Con su propuesta, querían transmitir hacia el exterior la imagen de una corporación compacta, sólida, unitaria, formalizada en nuestras ciudades mediterráneas.
Se presentaban recintos cerrados al exterior y abiertos al interior en los que el sonido del agua en fuentes y estanques, el árbol, y el arbusto aromático recordaran a La Alhambra que sirvió de inspiración.
En su proyecto tenía calles interiores, patios, plazas, áreas de trabajo y áreas de descanso… enhebradas por un gran jardín que, a modo de alfombra vegetal continua, introduciría la ambigüedad en los límites de los espacios interiores y exteriores.
El jardín, sus calles y sus edificios se envolvían con una piel, retícula de piedra y vidrio, que protegía la Ciudad y que producía emocionantes contrastes de luces y sombras.
Miguel Orio
Otro proyecto descartado fue el del estudio de Miguel Orio, quienes diseñaron la Torre Europa, en el Paseo de la Castellana de Madrid.
Su propuesta se concretaba un diseño bastante funcional, y en parte, parecido al que resultó finalmente ganador de Rafael de la Hoz. Planteaba edificios de 4 plantas de altura, con parking subterráneo y zonas verdes entres los mismos.
Los edificios se encontraban conectados entre sí, de manera perimetral e interna, dejando espacios interiores usados para jardines y zonas verdes.
Estudio Lamela
El proyecto triunfador, en un primer momento, fue el del estudio Lamela, un grande de la arquitectura madrileña. A su favor jugaba su experiencia contrastada en proyectos de gran envergadura. Desde el alarde técnico de las Torres de Colón (Torres de Jerez en su origen, 1967-1976), a la ampliación del Estadio Santiago Bernabeu en 1988 (habría otra posterior en 2003). O la nueva terminal del Aeropuerto de Madrid-Barajas.
La propuesta para Telefónica era una espectacular edificación sobre pilares, sobre casi dos kilómetros de longitud, que se enroscaba sobre sí misma.
Rafael de La-Hoz
Por último, el proyecto de Rafael de La-Hoz era un complejo de edificios conectados entre sí, por un sistema de pasarelas y puentes. El proyecto se inspiró en la idea de un «pueblo global», donde las personas y las ideas pudieran fluir libremente.
Su proyecto contaba con un complejo de 22 edificios en torno a un espacio abierto y flexible. Con un sistema de control automatizado y tecnologías de eficiencia energética.
El complejo presentaba zonas de ocio y entretenimiento, que lo convertían en un espacio atractivo para los empleados y para la comunidad.
El proyecto de La-Hoz era un ejemplo de cómo la arquitectura podía contribuir a la creación de espacios de trabajo innovadores y sostenibles.
En un primer momento, el proyecto ganador resultó ser el del estudio Lamela, pero debido a cambios en la presidencia y el complicado entorno económico (crisis de las puntocom), se decidió repensar el proyecto.
El 30 de mayo de 2001 Telefónica publicó una nota oficial informando de la adopción de un “nuevo diseño”. La Junta de Accionistas, convocada para el día 15 de junio, estaba muy cercana. El contrato con el estudio Lamela se resolvió de manera amistosa en el aspecto económico.
El jurado del nuevo concurso, presidido por el arquitecto español Rafael Moneo, eligió el proyecto de Rafael de La-Hoz como ganador. El cual fue elogiado por su originalidad, su sostenibilidad y capacidad para crear un entorno urbano dinámico y flexible.
La construcción de la nueva sede de Telefónica en Las Tablas comenzó en 2003 y finalizó en 2006. El complejo, conocido como Distrito Telefónica, es hoy en día uno de los espacios de trabajo más innovadores y sostenibles de España.
La estación de Metro de Ronda de la Comunicación
La estación de Ronda de la Comunicación es una de las más recientes de la línea 10 del metro de Madrid. Fue inaugurada el 26 de marzo de 2007, junto con otras cuatro estaciones de la misma línea, como parte del proyecto MetroNorte.
La construcción de la estación fue financiada por Telefónica, de hecho, el nombre de la estación hace referencia a este distrito.
La estación se encuentra a 40 metros de profundidad. El vestíbulo, al que se accede desde la Calle Maestro Mateo, está decorado con un mural de 400 metros cuadrados, obra del artista Aitor Ortiz. El mural representa imágenes de los edificios del Distrito Telefónica, así como de la ciudad de Madrid.
La estación de Ronda de la Comunicación ha supuesto un hito en la historia del Metro de Madrid, ya que es la primera estación construida en colaboración con una empresa privada. Además, contribuyó a mejorar la conectividad del Distrito Telefónica, donde diariamente trabajan miles de personas, con el resto de la ciudad.
Según los datos de Metro de Madrid, la estación de Ronda de la Comunicación registró un total de 14,8 millones de viajeros en 2022. Esto supone un aumento del 6,5% respecto al año anterior.
La estación es la 24ª más transitada de la red de Metro de Madrid, y la 10ª más transitada de la línea 10. El 70% de los viajeros son usuarios habituales, mientras que el 30% son viajeros ocasionales.
Distrito Telefónica Hoy: Sede de la innovación y el talento
En la actualidad, Distrito Telefónica, tras casi 20 años de historia, es un importante centro de innovación y desarrollo tecnológico.
La empresa cuenta con un hub de innovación, en el que se desarrollan nuevas soluciones en materia de 5G, IoT, edge computing, inteligencia artificial, realidad virtual y aumentada, TV, etc.
El hub está abierto a empresas externas, lo que lo convierte en un espacio de colaboración y cocreación.
Distrito Telefónica también es un importante foco de atracción de talento. La compañía ofrece a sus empleados un entorno de trabajo moderno y flexible, que fomenta la innovación y el desarrollo profesional.
Distrito Telefónica es así mismo un referente de la arquitectura sostenible, ya que el complejo cuenta con un sistema de energía solar fotovoltaica, que genera el 25% de su consumo energético. Además, utiliza materiales de construcción reciclados y cuenta con un sistema de gestión de residuos.
El complejo también es un espacio abierto a la comunidad con un centro comercial que alberga una amplia oferta de tiendas, restaurantes y servicios, y el parque central es un lugar ideal para pasear, relajarse o hacer deporte.
Distrito Telefónica es, en resumen, un símbolo del compromiso de Telefónica con la innovación y el talento. Un espacio dinámico y sostenible que impulsa la transformación digital de la sociedad.