Hasta hace poco no era una opción laboral. Pero a día de hoy son muchos los adolescentes e incluso chicos más pequeños que quieren ser gamers. Y cada vez hay más mecanismos para hacer esto posible. Desde canales de Twitch donde aprender de los mejores o competiciones dentro de los propios videojuegos hasta cursos de formación específica. Ser gamer ya no solo puede llegar a convertirse en un trabajo, también en una profesión.
Pero no es un camino fácil. La competitividad es enorme y no siempre están claros los pasos que hay que dar para llegar a ser gamer profesional. No solo se trata de entrenar mucho tiempo sino de analizar las partidas, aprender y trabajar las habilidades. Los propios videojuegos cada vez están más orientados a la competición profesional, un factor que facilita las cosas respecto a cómo era unos años antes. Además la comunidad de gamers suele ser accesible en redes sociales y en grupos de Discord.
Así opina Álex Alguacil, jugador de Pro Evolution Soccer (PES) en FC Bayern Esports y que ha sido campeón del mundo cooperativo y subcampeón en individual. «En estos últimos años han aparecido más recursos de los que había antes. Ahora los videojuegos, desde el FIFA a un League of Legends o incluso el Fortnite están bastante más orientados a la parte competitiva. Así que si el jugador quiere encaminarse al mundo de la competición, los modos online ya están orientados a ese fin. Es más accesible que antes”, recalca.
Alguacil también menciona la importancia de Twitch como herramienta para aprender de los mejores de cada categoría. Afirma que se convierte en un recurso preciado para cualquiera que piense en convertirse en gamer profesional. «Con Twitch tú puedes ver cómo juegan y cómo practican, qué usan y qué no usan los mejores jugadores del mundo. Yo la sigo utilizando para ver cómo juegan otros jugadores, para ver qué tácticas usan, qué formas de juego les gustan más. Es una manera de mejorar».
Sobra decir que pese a que tradicionalmente ha habido más chicos que chicas que empezaban en el mundo del gaming desde pequeños, la proporción se va equilibrando. «La tónica es que con el paso del tiempo más y más chicas se adentren en este mundo y que estén en las grandes ligas y en los grandes equipos», señala Alguacil.
Sentir pasión y tener habilidad: dos ingredientes para ser gamer
En el camino para convertirse en jugador profesional de esports hay una base que todos tienen que tener. Alguacil lo define en dos requisitos simples: «Que se te dé bien y, sobre todo, que te guste. Porque si te empeñas en querer ser profesional de algo que no te llena o que no te apasiona llegarás un día en que explotes».
Hay que tener en cuenta que formarse como gamer es un proceso largo, con lo que requiere paciencia. «Un jugador o una jugadora no se hace de la noche al día”, comenta Álvaro Vázquez, CEO y fundador de Alon Games, agencia de representación de esports, que trata con jugadores, clubes y patrocinadores. “Tiene que estar jugando como cualquier niño de 12 o de 13 años y no puede dejar de estudiar para jugar«. Vázquez hace hincapié en que la tutela de los padres es importante en este camino. «Con las aptitudes y las habilidades que haya desarrollado el jugador, a partir de los 14 años es cuando podemos ver si empieza a destacar», añade en referencia al papel de su agencia.
Para Alguacil una de las claves está en que esa parte lúdica que debe existir se ponga a prueba en un entorno más profesional. Su consejo para un principiante: «Que encuentre el juego que le divierte o aquel ambiente en el que esté a gusto y que sea consciente de la dedicación y del sacrificio que con todo esto”, a partir de ahí llega la siguiente etapa. “Yo recomendaría a cualquier chico, si es joven, que se formara en un entorno de competición. Para mí jugar muchas horas a un videojuego es muy diferente a hacerlo en un entorno competitivo, donde hay detrás disciplina, valores y una exigencia. Los videojuegos por equipos, por ejemplo, dependen mucho también de tener ese feeling o esa química con tus compañeros de equipo», sostiene el jugador profesional de PES.
Entrar en los círculos de competición
Tarde o temprano, uno de los pasos que tendrá que dar cualquiera que quiera ser gamer es entrar en entornos de competición. Son espacios en los que poco a poco se puede escalar hacia la profesionalización. Y en este camino se aprende.
«Lo más básico es jugar online en los rankings del videojuego, donde vas subiendo de categoría o tomando posiciones», expone Alguacil. Pero un paso más es entrar en la escena competitiva, que normalmente adopta la forma de torneos. Muchos títulos tienen integrado este universo de competición dentro del propio videojuego. Pero también hay páginas web externas que organizan sus propios torneos.
«Jugando partidas online o entre amigos todo el mundo es muy bueno, pero cuando ya entras dentro de esos torneos organizados ves si se te da bien, si te gusta o si no”, explica Alguacil. “Hay mucha gente que ha probado pero luego a lo mejor prefiere solo crear contenido en Twitch o en YouTube, porque es menos exigente o simplemente le gusta más».
Horas de entrenamiento
Con respecto al número de horas que hay que entrenar, depende de cada videojuego. Pero hay algunos aspectos básicos a tener en cuenta. “Lo más importante es no alterar las horas de estudio por jugar más. Eso es lo primero”, afirma Vázquez y añade que a partir de los 18 años el entrenamiento puede durar entre 5 o 6 horas diarias.
«Más que las horas yo creo que es importante que sean capaces de analizar su juego, de hacer autocrítica”, aporta Alguacil. “A la hora de echar horas, al fin y al cabo la gente se dedica, así que ya se sobreentiende que es una tarea de todo el día».
Cursos de formación para ser gamer
También existen cursos de formación para ser gamer. Como se trata de un ámbito cada vez con mayor demanda, el sector se profesionaliza y adquiere estructura. Dentro de esta se encuentra la aparición de estudios destinados a introducir a los alumnos en el mundo de esports.
Quienes dan estas formaciones suelen ser personas que han sido jugadores profesionales. «Conocen el recorrido que han tenido ellos y aportan su know-how para que el que llegue por detrás aprenda mucho más rápido todo lo que aprendió su instructor en diez años», explica Vázquez, que puntualiza que estos cursos son muy importantes pero no tienen por qué ser garantía de nada. «Si tú de antemano no has desarrollado esas habilidades, por hacer un curso de formación no vas a convertirte en el número uno”.
Durante 2021 incluso LaLiga lanzó un curso propio de Competitive Gaming, en colaboración con Movistar. La idea era formar a los estudiantes para que se adentrasen en el mundo de las competiciones de videojuegos. En este sentido, se trataba de dar una visión panorámica del ecosistema esports como industria incipiente que es.
Tener siempre un plan B
Ser gamer profesional es complicado. Es un entorno muy competitivo, semejante al deporte de élite. Así que tener un plan B, por si no se consigue llegar a profesional, es otra de las obligaciones en el camino hacia los esports. Ahora los futuros jugadores empiezan con 8 o 9 años en muchas ocasiones, mientras que Alguacil empezó con 15. Sin embargo, afirma que la enseñanza en la escuela y el instituto es fundamental.
«Los chicos tienen que seguir formándose. Ahora mismo los esports se ven como cualquier otro deporte. Si llegas al éxito o llegas a convertirte en profesional y tener una buena carrera puedes vivir durante muchos años o puedes tener un buen margen para muchos años de vida”, reflexiona el jugador de PES. “Pero no puedes dejar de lado esa parte de estudios porque a día de hoy es poca gente la que tiene esa suerte, por así decirlo».
La breve vida de un jugador profesional
También es necesario un plan B —o un plan para el después— para cuando llegue el momento de retirarse. Vázquez señala que la vida profesional de un jugador de esports es mucho más corta que la de un futbolista. «La media de un futbolista suele ser desde los 16 o 17 años hasta los 35, aproximadamente. Para un jugador de esports su edad límite normalmente suele ser los 26 o 27 años«, apunta. «A partir de esa edad los jugadores suelen ser entrenadores o se dedican a asesorar o a un área de gestión deportiva»
El CEO de Along Games recalca la importancia de seguir con los estudios. Incluso indica que ahora hay cada vez más universidades que tienen programas específicos dedicados a gamers profesionales, para que compatibilicen su actividad con el estudio de una carrea. La Universidad Católica de Murcia o la UTAD son dos ejemplos de centros universitarios que ofrecen programas de este estilo.
«Hay muchas otras profesiones, aparte de jugador, que están empezando en los esports y que abren puertas a otros tipos de disciplinas, desde diseño, management o negocio a psicólogo, entrenador o fisio«, cuenta Alguacil.
Imagen de portada: Nikotchan.