El nuevo curso escolar está a la vuelta de la esquina y parece un buen momento para reflexionar sobre la digitalización de los procesos educativos y formativos. Me gustaría hablaros de las habilidades o competencias digitales que nuestros estudiantes necesitarán como ciudadanos y profesionales en el siglo XXI.
Las competencias digitales a menudo se asocian con la capacidad de utilizar un ordenador, la tablet o el móvil. Pero el verdadero cambio educativo depende de un enfoque más integral. La ciudadanía digital, la seguridad en línea y el pensamiento crítico sobre la información son sólo algunas de estas competencias.
Ciudadanos de un mundo digital
La ciudadanía digital es imprescindible. El objetivo es educar a los estudiantes sobre cómo comportarse de forma ética y respetuosa en internet. Desde proteger su privacidad hasta trabajar, aprender o crear en línea, solos o en equipo, de manera segura y positiva.
Imagina un colegio o una clase donde los alumnos no solo aprenden historia o matemáticas, sino que también piensan y reflexionan en el impacto de las actividades en línea de su aprendizaje. Educarlos sobre las consecuencias de sus publicaciones y comentarios les ayuda a crear una comunidad digital más positiva y segura para todos.
Seguros en la red
Otro aspecto importante es la protección de la seguridad online. Los estudiantes deben aprender a protegerse en una época en la que se roba información personal y los ataques cibernéticos son cada vez más comunes.
Es imperiosa la necesidad de enseñarles a crear contraseñas seguras, a proteger sus datos personales y manejar estrategias para identificar y prevenir el phishing y otros ataques.
Y por supuesto que descubran la importancia de no compartir información personal como su dirección, número de teléfono o detalles financieros en sitios web no seguros o con personas que no conocen.
Críticos ante la información
Pero por si fuera poco la época que nos toca vivir es la de la sobrecarga de información, y por estar en internet no nos asegura que sea confiable. El terraplanismo, las curas milagrosas y leyendas pseudohistóricas se abren paso cobijadas en la falsa verdad de la red.
Ahí es donde entra el pensamiento crítico. Mediante los trabajos de investigación de las diferentes asignaturas pueden aprender a detectar la credibilidad de las fuentes de información, diferenciar entre hechos y opiniones, y verificar la exactitud de la información con la que trabajan.
Para ello es imprescindible contrastar con fuentes fiables guiados por sus profesores en actividades de investigación bibliográfica. Nadie dijo que lo digital excluyera de la fórmula educativa a lo analógico.
Integrado en el curriculum escolar
Pero para que esto sea una realidad eficaz, los profesores también necesitan estar equipados y preparados. La capacitación y el apoyo continuo a los docentes es esencial para que puedan conducir a los estudiantes por este nuevo paradigma educativo.
Integrar la adquisición de estas competencias en el desarrollo de situaciones de aprendizaje de las diferentes asignaturas es el verdadero reto que, de conseguirse, dará consistencia y normalidad a la digitalización educativa.
En resumen, a medida que la vuelta al colegio comienza, nos encontramos ante una nueva oportunidad para desarrollar competencias digitales completas que preparan a los futuros ciudadanos y profesionales para el mundo digital en el que vivimos.