Diez consejos para el buen uso de la tecnología en familia

Desde el 2004, como cada año, el segundo martes de febrero se celebra en todo el mundo el Safer Internet Day o #DíaDeInternetSegura.

Comenzó siendo una iniciativa del proyecto SafeBorders financiado por la UE, que luego fue llevada a cabo por Insafe, la red de centros de Internet más seguros, para construir una Internet más segura y confiable. Cada año se celebra con el objetivo de concienciar sobre los peligros de la web, luchar contra el contenido ilegal y promover un entorno digital más seguro, especialmente para niños, adolescentes y jóvenes.

Dentro del lema general “Juntos por una Internet mejor”, (Together for a better Internet), este año, en el #SID2024 se va a tratar de concienciar acerca de los peligros en la web y promover prácticas sanas y seguras en Internet.

Pero, ¿cuáles son los peligros o riesgos que hay actualmente en internet?

Pues todos aquellos que puedan afectar a la persona por la falta de privacidad y seguridad como, por ejemplo:

  • Cualquier tipo de malware o delitos informáticos (phishing, smishing, virus, troyanos, etc.).
  • Actos de ciberdelincuencia, como engaños y estafas en redes sociales, especialmente cometidos contra la población más vulnerable: niños y adolescentes, y personas mayores.
  • Casos de acoso digital como el ciberbullying, sexting o grooming.
  • El acceso a contenidos inapropiados o para adultos en plataformas y redes sociales.
  • La viralización de bulos y desinformación.
  • El uso abusivo de la tecnología, entre otros.

Sabemos que, por ejemplo, el 45% de los internautas no sabe qué es el phishing, y cada mes hay 1,5 millones de nuevos sitios de este tipo de malware. Los sistemas de seguridad no pueden bloquear todos los riesgos de la red, pero, sin embargo, el usuario puede mitigarlos si los reconoce y sabe cómo actuar.

El papel de las instituciones y administraciones publicas

En 2021 se aprobó la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI). Esta busca garantizar los derechos fundamentales de los niños y adolescentes a su integridad física, psíquica, psicológica y moral frente a cualquier forma de violencia, asegurando el libre desarrollo de su personalidad y estableciendo medidas de protección integral, que incluyan la sensibilización, la prevención, la detección precoz, la protección y la reparación del daño en todos los ámbitos en los que se desarrolla su vida.

Se entiende por violencia toda acción, omisión o trato negligente que priva a las personas menores de edad de sus derechos y bienestar, y que amenaza o interfiere su ordenado desarrollo físico, psíquico o social, incluida la realizada a través de las tecnologías de la información y la comunicación, especialmente la violencia digital.

La AEPD, Agencia Española de Protección de Datos, puso en marcha en 2019 el canal prioritario, un sistema para poder denunciar todos los ciberdelitos que nuestros hijos hayan sufrido en Internet o las redes sociales para conseguir el borrado de las imágenes en la Red; además, el pasado 2023 comunicó como estaba diseñando, junto con la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT), un nuevo sistema de verificación real de la edad de los menores en los sitios webs de contenidos para adultos y plataformas con contenidos inapropiados.

Tal y como explica Mar España, directora de la Agencia, el objetivo de esta nueva medida es proteger al menor del acceso a contenidos para adultos y que estos contenidos, a su vez, puedan ser accesibles para aquellas personas que puedan demostrar su edad sin necesidad de hacer visible su identidad. Además, se conseguirá controlar también que el acceso de los menores a las redes sociales sea a los 14 años y no antes.

Por otro lado, el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE) a través del programa IS4K (Internet Segura For Kids), puso en marcha el teléfono de ayuda 017, un servicio especialmente orientado a prestar apoyo a la población infantil y adolescente sobre cualquier problema relacionado con los ciberdelitos, pero también otros riesgos como el uso excesivo de Internet, la sextorsión o el ciberbullying.

¿Cómo podemos proteger a nuestros hijos?

Es cierto que son muchos los frentes que debemos abordar a la hora de protegernos, pues son muchos los sistemas y las tecnologías que utilizamos en el día a día. Pero todos tienen algo en común: las personas. Si formamos a las personas, las posibilidades de éxito de los ataques disminuyen radicalmente. Y ese es el objetivo.

Hacer un uso correcto de la tecnología es, sin duda, fundamental para que, entre todos, hagamos de la Red un lugar seguro para navegar. Y el primer sitio por donde debemos comenzar es por nuestro hogar.

Hábitos de “higiene” básica en el campo de la ciberseguridad

Estas son algunas ideas que podemos poner en práctica como padres para luego poder formar y guiar a nuestros hijos:

  • Mantener los dispositivos, aplicaciones y plataformas siempre actualizadas.
  • Utilizar contraseñas robustas y, si es posible, utilizar la verificación en dos pasos.
  • Instalar herramientas antivirus en todos los dispositivos para detectar posibles malware.
  • Configurar el router de casa con diferentes usuarios y cambiar la contraseña periódicamente.
  • Realizar las compras online siempre en sitios seguros y, preferiblemente, con tarjetas prepago.
  • Cerrar nuestra sesión si nos conectamos en sitios públicos y apagar el ordenador para que se vacíe parte de su memoria.
  • No descargar aplicaciones, juegos o software pirata, sino de sitios web oficiales.
  • No pinchar enlaces sospechosos o no solicitados, ya sea a través de SMS, mail o mensajería instantánea.
  • No conectarse a redes WiFi públicas, y, si lo tuviéramos que hacer, evitar acceder a los datos personales.
  • Hacer copias de seguridad en soportes externos regularmente.

¿Y qué más podemos hacer?

Normalizar el uso de tecnología en casa e incorporar la conversación, el diálogo y la escucha activa con nuestros hijos e hijas. Aunque el fin último debe ser que nuestros hijos sean autónomos en la Red cuando hayan adquirido sus propias competencias digitales, mientras nosotros, como adultos de referencia y confianza, deberemos acompañarlos en este proceso.

Asimismo, fomentar el pensamiento crítico en nuestros hijos e hijas ayudará a prevenir todo tipo de problemas que puedan encontrar en el mundo digital: discursos de odio, contenidos violentos, pornográficos, información sesgada, falsa o desinformación, etc.

El objetivo es que niños, adolescentes y jóvenes hagan un uso responsable, seguro y positivo de la tecnología para que puedan experimentar las grandes oportunidades que puede ofrecerles, formándolos y preparándolos para el futuro que ya les espera.

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