Con la llegada de las nuevas redes móviles muchos sectores experimentarán grandes cambios. El impulso del 5G a la telemedicina será uno de ellos.
La llegada de la nueva generación de redes móviles supondrá un salto de gigante para los servicios médicos en remoto. La pandemia ya ha acelerado esta tendencia, que es más antigua de lo que se cree. Décadas atrás, los investigadores del Grupo de Bioingeniería y Telemedicina de la UPM ya tenían en marcha proyectos de ‘homecare’, un término que adquiere entidad hoy en día. Sin embargo, el impulso del 5G a la telemedicina será definitivo.
El incremento sensible de la velocidad de las redes, con tasas de transferencia de 1 Gbps, una mínima latencia, de entre 1-5 milisegundos, y la capacidad de conectar hasta un millón de dispositivos por kilómetro cuadrado harán posible múltiples aplicaciones de la medicina en remoto. La aplicación más impresionante y que normalmente se cuela en todas las predicciones a futuro en este campo es la cirugía en remoto. Pero también los cuidados a distancia, las consultas desde casa o la monitorización de ciertas dolencias se podrán adoptar masivamente.
Llegando más allá con el 5G y telemedicina
“Los beneficios de la telemedicina básicamente son dos”, explica Jesús María Rodríguez Presedo, profesor en el Área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Santiago de Compostela y que ha sido secretario de la Cátedra de Telefónica de Telemedicina en esta universidad. “El primero es de disponibilidad, esto es, un servicio médico prestado de forma remota permite el acceso a dicho servicio a personas que de otra forma posiblemente no tendrían un fácil acceso al mismo. Precisamente esa disponibilidad facilita que determinadas dolencias sean tratadas en tiempo y forma, haciendo un mayor hincapié en la prevención y reduciendo los costes, que es el segundo beneficio”.
Enrique J. Gómez Aguilera, catedrático y director del Grupo de Bioingeniería y Telemedicina de la UPM, que también es presidente de la Sociedad Española de Ingeniería Biomédica, resume la importancia de la medicina a distancia con una frase. “Las tecnologías sanitarias son cada vez más relevantes en la medicina, y de igual forma que se produjo una revolución en el siglo XIX gracias a la farmacología, en el siglo XX, gracias a las imágenes médicas, hoy, en el siglo XXI, son las tecnologías de la información y las telecomunicaciones las que están cambiando la forma de entender la salud, y un buen ejemplo es la telemedicina”.
Cirugía en remoto
Es la aplicación más recurrente, la cara más futurista de la medicina a distancia. Aunque también es la que llevará más tiempo conseguir. Lo que está claro es que sin el impulso del 5G en telemedicina no se podría llevar a cabo. “La cirugía en remoto es ya una realidad desde hace muchos años. Equipos como el sistema quirúrgico Da Vinci llevan comercializándose desde hace más de una década. Ya se han hecho operaciones”, comenta Roríguez Presedo.
Pero será con 5G cuando se den las condiciones óptimas para estos procedimientos. “Al tratarse de un brazo robótico conectado a un conjunto de actuadores a través de una red de comunicaciones, en principio el cirujano que opera puede estar tanto al lado del paciente a 15.000 km de distancia, por ejemplo”, apunta Rodríguez Presedo. Esto solo es posible por las especificaciones de las redes de nueva generación.
Los requisitos del 5G para cirugías a distancia
El empujón del 5G a la telemedicina, ahondando en el campo de la cirugía a distancia, se advierte aquí en una de las grandes mejoras que traen las nuevas redes. “Hay un aspecto que es clave para poder realizar la cirugía en remoto: la latencia, que se define como la suma de todos los retardos temporales dentro de una red de comunicaciones”, ilustra Rodríguez Presedo. “Para que un equipo de estas características pueda funcionar correctamente su latencia debe ser baja, debe pasar poco tiempo desde que el cirujano da una orden al equipo y este realiza la acción. Latencias bajas se pueden conseguir si el cirujano se encuentra al lado del paciente. Pero si este se encuentra lejos puede haber graves problemas. Por eso el 5G facilita enormemente la posible implantación futura de estas técnicas, por su baja latencia”.
La latencia, por tanto, es la clave. Aunque la alta velocidad del 5G también contribuye a que estos servicios sean más factibles. Sin embargo, aún queda tiempo para que las intervenciones a distancia sean de aplicación corriente. Gómez Aguilera se muestra cauto. “El 5G también puede contribuir a la telecirugía, porque hace que esto sea más factible. Aunque no podemos olvidar que el papel del cirujano es siempre fundamental y la posibilidad de ver la intervención en tiempo real, con un sistema robotizado en el otro lado, con un montón de tecnología, requiere mucho personal clínico y tecnológico en ambas partes”.
El ‘homecare’, una arista del impulso del 5G a la telemedicina
Uno de los conceptos que más suena alrededor de la telemedicina es el homecare o los cuidados domiciliarios a distancia. En el informe de Ericsson ConsumerLab se calificaba de enorme el impacto del 5G en el futuro de la medicina y su transformación. Se citaban también algunas áreas específicas. Una de las mencionadas fue la posibilidad de obtener datos de los pacientes a distancia y procurar su cuidado en remoto.
Sin embargo, este tipo de cuidados no es algo nuevo. «Nosotros hacíamos homecare en el año 1991. Los primeros proyectos de telemedicina que hacíamos eran de cuidado domiciliario», indica Gómez Aguilera. «Pero con el 5G esto va a ser mucho más evidente. Si tú aseguras una mejor conectividad de información, si mejoras la calidad de servicio, si esperas que el paciente sea una parte relevante y encima haces que los profesionales puedan utilizar esa tecnología en cualquier lugar de forma más eficiente, el cuidado domiciliario mejora».
Videollamadas para consultas médicas
Uno de los aspectos clave del homecare estará en las consultas en remoto. Como hemos comprobado durante la pandemia, esta es una tendencia que a día de hoy es viable. “El tema de las videollamadas y el teletrabajo, en general, es algo que se espera se afiance una vez superada la pandemia y, evidentemente, el campo de la telemedicina no es ajeno a dicha situación”, indica Rodríguez Presedo.
«El 5G permite servicios más eficientes, de mejor calidad y más seguros. Esto incide de forma importante en la comunicación y transmisión de datos médicos. Y as u vez tiene un gran impacto en las teleconsultas por videoconferencia. Estos factores se afianzarán con el 5G», recalca Gómez Aguilera. Las consultas en remoto son una opción para ciertas dolencias y pacientes.
Con datos de Ericsson, el 39% de los pacientes crónicos prefieren consultas online a las visitas cara a cara. Aunque otro tipo de visitas médicas, como las que requieren exámenes físicos, que no podrán hacerse mediante videollamadas. Evidentemente, para pruebas médicas, como un electrocardiograma o una radiografía, también será necesaria la presencialidad.
¿Qué hacemos con la brecha digital?
Rodríguez Presedo señala la brecha digital que existe entre generaciones como un reto a salvar: “El segmento de población que mayor demanda tiene de servicios sanitarios, las personas mayores, es el mismo que tiene graves problemas a la hora de utilizar esas nuevas tecnologías”, y añade que será necesario hacer una implementación adecuada de las tecnología para tener éxito en su adopción.
A día de hoy han comenzado a popularizarse apps específicas de telemedicina, que más más allá de la videollamada. Son plataformas para pedir cita con un médico online, como el servicio de Telemedicina de Movistar Salud. Esta cuenta también con herramientas para compartir imágenes con el personal sanitario y para hacer un prediagnóstico. Si tienes cualquier duda sobre el servicio, puedes entrar en la Living App Movistar Salud.
El papel de los wearable: de la salud personal al historial médico
El mundo se prepara para Internet de las cosas. Y una de sus vertientes serán dispositivos wearable que se usarán en telesalud o telemedicina. Los fabricantes y los desarrolladores trabajan para adaptar esta tecnología a las nuevas necesidades.
«La telemedicina permite tener datos mejores de los pacientes, que estén monitorizados en cualquier lugar y que tengamos mucha más información no solo de datos médicos y clínicos, sino de información ambiental, de entorno», expone Gómez Aguilera. Razona que los wearables han tomado la posición destinada a tecnología de origen médico.
«El mercado de las tecnologías para el cuidado personal y el bienestar también está impactando en la telemedicina. Cuando te apoyas en dispositivos médicos hay muchos problemas para la adopción. Ahora todo el mundo tenemos nuestro smartwatch, las pulseras inteligentes. Y esto es un elemento de salud», destaca el catedrático de la UPM.
Una mayor eficiencia de recursos sanitarios gracias al 5G
Las oportunidades que abre el 5G en telemedicina traerán también una eficiencia de recursos. En este momento la sanidad está localizada en centros médicos. Pero la medicina en remoto aboga por un modelo mucho más flexible. “Algunos de los cambios principales se están produciendo en la forma de proporcionar los servicios sanitarios, con cambios como el concepto del hospital. Ya estábamos intentando plantear un concepto de hospital diferente, el llamado ‘smart hospital’, pero hay otro concepto muy interesante, que es el hospital líquido. Aquí los servicios sanitarios no están solamente asociados a un lugar físico, sino que se ofrecen más allá de las paredes de un hospital e incluso de forma diferente dentro del hospital”, discurre Gómez Aguilera.
“La tecnología de la conectividad, la monitorización, la posibilidad de conectar todos los equipos de diagnóstico o la trazabilidad de procesos no se hará solo en el hospital. En esto el 5G ofrece una gran capacidad, y más aún al estar enlazado con el Internet de las cosas«, concluye su razonamiento el catedrático.
Esta flexibilidad será útil para prestar servicios en zonas alejadas de centros médicos. Especialmente en áreas rurales y poco pobladas. En ellas la construcción de instalaciones de este tipo es difícil de justificar por una cuestión económica. Gracias a la telemedicina se podrá asistir en ciertas dolencias a una cantidad mayor de personas: con ahorro de tiempo y de recursos.
Una mirada al futuro
“Para mirar al futuro con esperanza tenemos la suerte de contar con los cientos de nuevos profesionales de ingeniería biomédica que se gradúan cada año en España, que, trabajando de forma interdisciplinar con los profesionales médicos y con los pacientes, están contribuyendo a la innovación en tecnologías para la salud. Los ingenieros biomédicos trabajan de forma interdisciplinar, porque no podemos ni debemos olvidar que en todos estos fascinantes retos, los profesionales, los pacientes y todos los ciudadanos, son los verdaderos protagonistas de esta transformación digital asociada a una nueva forma de entender la salud”, concluye Gómez Aguilera.
Imagen de cabecera: Nikotchan.